Cera de lavanda: La reina de la relajación. Calma la ansiedad, favorece el sueño y relaja cuerpo y mente.
Cera de amapola: Delicada y tranquilizante. Calma emocional y descanso interior.
Cera de salvia: Purificante y pacificadora. Ayuda a soltar tensiones y limpiar el ambiente de cargas emocionales.
Cera de salvia: Reconfortante y armonizadora. Aporta paz, dulzura y equilibrio.
Cera de sándalo: Profundamente calmante. Enraíza, aporta serenidad y favorece la meditación.
Cera de caléndula: Suave y emocionalmente reparadora. Ideal para momentos de cuidado interior y suavidad energética.